(Presentación en el libro de Miguel Ángel Rodríguez, presidente de AJAF, Jaén:)
"Sin lugar a dudas, el libro que sostiene en sus manos viene a hacer justicia a una parte de la historia de nuestro país olvidada por la mayoría de los estudiosos de este medio de transporte. En el ya lejano siglo XIX, los mineros y ferroviarios de la comarca de Linares y el resto de la provincia de Jaén comenzaron a escribir con letras de oro unas páginas épicas en la historia del ferrocarril español. La aportación de los caminos de hierro jiennenses al desarrollo ferroviario de Andalucía Oriental fue básica.
Numerosas compañías ferroviarias pusieron sus líneas al servicio de este transporte, surgiendo en torno al eje minero Linares - La Carolina una auténtica red de tela de araña que lo recorría de parte a parte. A las grandes compañías de ámbito nacional (MZA y Andaluces) y sus ramales (Los Salidos - Vadollano) se unieron con prontitud otras más pequeñas, como La Carolina y Prolongaciones con su ferrocarril de vía métrica, así como un buen número de pequeños ferrocarriles y cables aéreos que servían a las explotaciones mineras.
Mención especial merecen dos explotaciones ferroviarias de la zona, Tranvías de Linares y el Ferrocarril Eléctrico de La Loma, de las cales la primera nació con evidente finalidad de servicio a las minas, sirviendo de transporte del personal a sus respectivos pozos, así como de unión entre las diversas estaciones de ferrocarril que tuvo la ciudad de Linares. El 1 de agosto de 2004 Tranvías de Linares cumplirá el Centenario de su inauguración. Lo extraordinario de estas dos compañías radica en que ambas se interconectaron, ambas estuvieron servidas por tranvías y ambas acabaron sus días juntas, bajo la batuta de Explotación de Ferrocarriles por el Estado, posteriormente Feve.
La industria de la provincia, basada en el olivar, también encontró en el ferrocarril su mejor forma de transporte. No sin razón el ferrocarril de Puente Genil a Linares - Zarzuela se conocía como el Tren del Aceite. Aún hoy, la Vía Verde creada sobre su antiguo trazado se conoce por éste mismo nombre.
Justo es recordar que el ferrocarril tuvo en el resto de la provincia otros proyectos. No podemos olvidar al Baeza - Utiel, de infausta memoria por lo ajetreado de su historia y lo penoso de su "muerte". Otros trazados fueron el de Marmolejo a Puertollano, cuyas obras llegaron a iniciarse, La Carolina a Puertollano, y otros de menor entidad que no pasaron de meros proyectos.
Para nosotros, aficionados y amigos del ferrocarril, las líneas que surcaron un día toda la provincia tienen un gran significado: trajeron, de la mano de la minería, trabajo y prosperidad a nuestra tierra, y aún seguirían trayéndola si gran parte de los trazados no hubiesen sido eliminados, tras su oprobioso abandono. Por eso es tan importante el que se publique este libro. La memoria colectiva de una sociedad no muere nunca si sus recuerdos se mantienen frescos en cada ciudadano. El sueño utópico de todo amigo del ferrocarril debería ser que éste trabajo que ahora tiene en sus manos pueda ser la base para la vuelta a la vida de alguna línea cerrada. Aún siendo una utopía, cabe la seguridad de que contribuirá a que esta parte de nuestra historia no caiga en el olvido.(...)"